Ellos son lo máximo, me divierten, me
amargan, me inspiran, me joden, me preguntan tonterías, me engríen, me odian
los jalados, me aborrecen aquellos que lo paso al auxiliar, no sé porqué... Pero
soy feliz que haría yo sin ellos, quien me jodería toda la mañana, quien me
haría reír algunos días y otros casi
llorar; por lo menos en Guadalupe
algo hago; disque enseño Lengua y Literatura, pero cuando les tomo un examen de
ortografía ninguno aprueba, si tomo Literatura ¡Dios mío!...si Vallejo lo
supiera, si Cervantes saliera del sepulcro me entierra en su propia sepultura;
si tomo redacción no encuentro un signo de puntuación como si no lo conocieran,
pero escriben , escriben bien porque
expresan sus ideas, sus vivencias con libertad, con espontaneidad y no se
limitan y saben porqué porque yo no parametro las ideas ni les impongo los
temas por eso siempre me han de recordar.
Autora: Rosabel Cigüeñas Linares
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